Hay días que simplemente pesan. Desde temprano algo se siente raro, todo molesta, todo es caos, nada fluye. Lo que normalmente no afecta, ese día irrita. Lo que sueles manejar, ese día abruma. Hay un ruido interno que no se detiene y una parte de ti solo quiere apagar todo y desaparecer por un rato. Me ha pasado. No una vez, muchas. Y aunque en el momento parece que nada alcanza, algo que he aprendido es que un mal día no lo dice todo. No define quién eres. No borra todo lo que has recorrido. Solo es eso: un mal día.
Y cuando eso llega, no se trata de fingir que todo está bien. Se trata de encontrar pequeñas formas de no dejarse arrastrar. De cuidarse sin exigencias. Por eso, aquí te comparto cinco maneras de resetear el día cuando ya te pesa más de la cuenta.
Y cuando eso llega, no se trata de fingir que todo está bien. Se trata de encontrar pequeñas formas de no dejarse arrastrar. De cuidarse sin exigencias. Por eso, aquí te comparto cinco maneras de resetear el día cuando ya te pesa más de la cuenta.
Calma tu cuerpo
Cuando todo se siente cargado por dentro, el cuerpo lo avisa primero. Se tensa, se encierra, se satura. No se trata de huir de lo que pasa, sino de crear otra forma de habitar el momento. Moverse ayuda. Cambiar de espacio, abrir una ventana, caminar sin destino. Mojarse la cara. Prepararte algo caliente. Leer algo que no pida tanto esfuerzo. Lo importante no es “hacer algo útil”, sino ofrecerle al cuerpo otros estímulos, otros ritmos, otro aire.. El malestar existe, sí. Pero no es lo único que existe. A veces basta con cambiar el entorno para que la mente encuentre una pequeña pausa.Baja el volumen del juicio interno
No es fácil, pero es necesario. En lugar de exigirte respuestas, es más honesto hacer espacio para lo que se siente sin juicio. No todo lo que duele necesita ser resuelto al instante. No hay por qué tratarse como si cada emoción fuera un error o una falla personal. Sentir no es un problema que necesita corregirse. Es parte del proceso de estar vivo. A veces, basta con decir en voz alta: “No estoy bien y punto. No tengo que arreglar nada ahora mismo.” Cambiar la forma en que te hablas por dentro cambia también cómo se transita el día. La narrativa interna importa. Y se puede reescribir, una frase a la vez.No hace falta que tu día termine perfecto
Puede que hoy nada haya salido como esperabas. Que haya sido agotador, confuso o simplemente incómodo. Y está bien. No todos los días se resuelven, pero igual puedes decidir cómo cerrarlo. No lo cierres con reproches. No te vayas a dormir sintiendo que fallaste. Elige algo pequeño que te devuelva un poco de calma: una canción que te guste, comer algo que te haga sentir bien, una ducha fresca, una cena tranquila, un rato sin pantallas ni distracciones. No necesitas hacer nada grande. Solo darte un gesto amable antes de terminar el día. Eso también es cuidarse.Escribe lo que sientes, sin filtro
Cuando todo se acumula adentro, escribir puede ser una forma de soltar sin tener que explicarlo. No hace falta que tenga sentido, ni que esté bien escrito. No es para publicar, ni para guardar. Es para dejar salir lo que pesa. Enojo, frustración, tristeza, confusión… lo que sea. Abre un cuaderno o una nota en el teléfono y escribe como si nadie fuera a leerlo nunca. No lo edites. No lo analices. Solo vacía tu mente. Lo que no se dice muchas veces se queda haciendo ruido, y ponerlo en palabras, aunque sea desordenadas, puede hacer espacio para respirar un poco mejor.
Un mal día no define quién eres
Puede que hoy te hayas sentido fuera de lugar, cansado, confundido o con la mente dando vueltas. Que hayas reaccionado de formas que no te gustaron o pensado cosas que no entiendes del todo. Pero eso no te define. Un mal día no resume tu historia. Una versión tuya atravesada por el cansancio o el desánimo no borra todo lo que eres cuando estás en calma. A veces, el acto más honesto de autocuidado no es entender lo que te pasa, sino dejar de juzgarte por sentirlo. Estás haciendo lo mejor que puedes con lo que estás viviendo. Y eso, aunque no se note de inmediato, también cuenta.¿Te acompañó este post? Puedes hacérmelo saber.